

Sus inicios se remontan a 1892, en Austria, ligados a la tecnología e investigación: Daniel Swarovski desarrolló por entonces una máquina fascinante -tan visionaria como toda su trayectoria- que permitía por primera vez tallar cristales. Desde ese momento, el impulso sostenido de esta empresa familiar –que sigue siéndolo aún hoy- continuó en una escalada ascendente sumando proyectos, ideas, modernidad y estilo.
Debido a su constante innovación y al noble producto que utilizan como materia prima, los cristales Swarovski supieron dotarse de entidad propia y en la actualidad, son los elegidos si de calidad y belleza se trata. En objetos de decoración, en joyas, en accesorios, en elementos de trabajo y en los más sorprendes productos, es posible encontrar un cristal de la gran “marca registrada”.
Si un calificativo define a Swarovski es “glamoroso”. Sin lugar a dudas quien lleva uno de sus cristales, no lo hace en cualquier momento. Un Swarovski es especial, es exclusivo, es para un público selecto. Sus usuarios lo saben, y por eso saben llevarlos y se saben parte de un universo especial.
El centenario de la marca, en octubre de 1995, tuvo un rasgo distintivo que dejó más que claro lo que es crear un verdadero universo: se abrió Swarovski Kristallwelten en Wattens, un espacio mágico de cristal de más de 2000 metros cuadrados. Las obra de arte y las creaciones fantásticas ilustran la historia de la compañía y comunican las muchas facetas de la belleza de cristal. Allí, luz, colores, música, agua, aromas y dimensiones de espacios, juegan para transportar a los visitantes en un reino de fantasía, donde se destaca una exclusivísima sala VIP, para los miembros de la Sociedad de Coleccionistas Swarovski (actualmente son 450.000 socios), donde pueden compartir su fascinación por el cristal.
El brillo de Swarovski se extiende por doquier y es el elegido indiscutido de celebridades para las más especiales ocasiones, y esto se debe sin dudas a que el cristal es una fuente de inspiración para el arte y la ciencia, es un emblema textual, soporte de ideas de pensadores, símbolo polifacético y maravilla estética. Por ello hoy es posible encontrarlo en inimaginables objetos y es un símbolo absoluto de glamour. Laptops, celulares, carteras, i-pods, y lo que se imagine, que sumados al detalle irreemplazable de la aplicación de un cristal, pasan de ser un objeto de uso a uno de ostentación. Entre las divas que mueren por el más famoso cristal se encuentran Madonna, Uma Thurman, Sharon Stone, Shakira, Penelope Cruz… Swarovski siempre las acompaña en alguna de sus prendas en los eventos más importantes del ambiente. Por su parte la diva del Rock, Madonna, se dio el lujo de sumar cristales a la escenografia de sus últimos shows.
Todo un símbolo de distinción que dice mucho de aquel que lo porta. Y si de estilo se trata, en 1999 la marca se animó a mucho más. Ya era posible llevar un Swarovski en todo aquello que se deseara, y con ello se definía una identidad única, pero porqué no convertir la propia piel en objeto de deseo. “El Cristal se acerca al cuerpo más que nunca”: este fue el eslogan que en ese año se utilizó para anunciar su gama exclusiva de Tatuajes de cristal. Increíble pero real, el cuerpo mismo convertido en el más excéntrico icono de belleza.
Para convertirse en un verdadero líder, Swarovski se ha mantenido fiel al modelo estándar de todo producto de alta moda, presentando todos los años dos colecciones: primavera-verano y otoño-invierno, basadas en un mismo concepto. Este año, la temática elegida para el desarrollo de las campañas fue “tiempo”. En marzo se presentó la colección Sands of Time, donde se combinan atrevidos contrastes, con motivos naturales, y en agosto se presentó Soul of Time, donde la tendencia es un diseño ecléctico y un anhelo de libertad de formas, materiales y tonos. La inspiración étnica surge de la herencia ancestral, en que la búsqueda de orígenes lleva a la libertad y la expansión de movimientos. Tiempo: un concepto sin dudas especial para una marca donde la historia es claramente un orgullo y pilar de desarrollo.